Sangre y entrañas
fango ematoso,
sangre y tierra,
cuerpo y sensación.
Dentro,
se libra una batalla,
tan solo miro y siento,
sólo observo,
mi cuerpo es arena
preso de las fuerzas,
yo no quiero.
No hay más que espera,
no hay más que escucha,
para que la cura llegue
y la luz se abra paso
y descomponga el coágulo.
Si yo quiere,
los órganos se petrifican,
se tensan y revienta,
se secan y mueren.
No hay más que escucha
y entonces,
la luz penetra
el pesar profundo de adentro.
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